ATOTONILCO
atotonilco, méxico. 2009
Un
huerto de manzanas y peras es totalmente transformado. Con la implantación de
diversas semillas y plántulas, varios insumos como estiércol de toro, aserrín,
hojas secas, madera, humus y residuos orgánicos, fueron mezclados con la tierra
para dar inicio a un sistema agroforestal al estilo brasileño en el semiárido
mexicano.
Los campesinos aceptaron los conceptos y colocaron las manos en la
masa con mucha garra, creando cunas que proporcionan excelentes condiciones
para la flora vivir.
El nopal, planta nativa de la región, fue muy utilizada en
el proyecto como pionera y proveedora de humedad, flores y frutas para el sistema
agroforestal.

Preparando la mezcla para un cóctel gigante de semillas.
Agregando aserrín, cal, humus y estiércol de toro.

Plantando bambú -Bambusa oldhamii- y creando su cuna con
troncos de madera.

Un nido con plántulas de plátano, pistacho, almendra e
higuera junto con el cóctel de semillas.


Plantando semillas en la tierra esponjada del anillo
externo de biomasa.
El equipo de nuevos agroforesteros mexicanos con Peter Van Lengen.
Construimos un gallinero móvil para que ellas nos ayuden a aflojar el suelo y ganar deliciosos huevos.

Colocando pasto cortado para cubrir la tierra y las semillas recién plantadas, protegiéndolas del fuerte calor del sol.

La energía telúrica dispersada por la piedra que asentamos, es absorbida por las plantas.

Carrizo, planta similar al bambú, es muy utiliza en el bosque ribereño.